
Imagen con fines ilustrativos
Publicado: julio 2, 2025
En Costa Rica, cerca del 40% de la población económicamente activa no realiza aportes al sistema de pensiones, una situación que pone en jaque su futuro financiero. De acuerdo con datos recientes de la Superintendencia de Pensiones (SUPEN), más de 800 mil personas trabajan en la informalidad, sin cotizar al régimen obligatorio, lo que se traduce en pensiones significativamente más bajas o, en muchos casos, inexistentes.
¿Qué significa trabajar en la informalidad?
La realidad de quienes quedan fuera del sistema
La informalidad laboral se refiere a cualquier actividad económica que no está registrada ni regulada por el Estado. Esto incluye empleos sin contrato, sin seguro social y sin aportes obligatorios al sistema de pensiones. Muchos de estos trabajadores se desempeñan en comercio ambulante, servicios domésticos, construcción y otros sectores con poca fiscalización.
Según la SUPEN, más del 60% de los trabajadores en América Latina se encuentran en esta condición, y Costa Rica no escapa de esa tendencia. Este fenómeno representa una amenaza directa al acceso a una jubilación digna.
Impacto en la pensión: ¿cuánto se pierde?
Menores aportes, menores beneficios
La principal consecuencia de la informalidad es una reducción drástica en el monto de la pensión futura. Quienes transitan entre el empleo formal y el informal —algo común en la economía actual— ven afectado el promedio de ingresos sobre el que se calcula su pensión.
Además, la SUPEN advierte que esta situación puede provocar:
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Retrasos en la edad de jubilación, ya que se requieren más años cotizados para alcanzar una pensión mínima.
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Pago de penalidades por adelantar el retiro, lo que reduce aún más el monto mensual.
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Falta de cobertura en salud y seguros sociales al momento de jubilarse.
¿Cómo revertir este panorama?
Medidas individuales y colectivas para garantizar un retiro digno
Para contrarrestar este escenario, expertos recomiendan:
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Promover la formalización del empleo mediante políticas públicas inclusivas y reducción de cargas sociales.
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Fomentar la educación financiera y previsional, para que cada persona entienda la importancia de cotizar desde temprano.
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Incentivar el ahorro voluntario complementario, como forma de reforzar la pensión obligatoria.
A nivel personal, quienes están en la informalidad pueden inscribirse como trabajadores independientes en la CCSS, lo cual permite cotizar voluntariamente al régimen de pensiones, aunque muchas veces el desconocimiento o los costos lo dificultan.
¿Hacia dónde vamos?
El futuro del sistema dependerá del compromiso de todos
El crecimiento sostenido del empleo informal no solo afecta a los trabajadores que no cotizan, sino que también pone presión sobre el sistema solidario del país. Un mayor número de pensionados sin aportes suficientes podría desestabilizar los fondos públicos, generando crisis en el mediano y largo plazo.
Desde el Estado, se requiere mayor fiscalización, incentivos para el trabajo formal y un rediseño del modelo de pensiones que contemple la nueva realidad laboral.
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